Situado en la Costa da Unión, este espacio cuenta también con pequeñas colecciones de prendas donde mandan el color y los tejidos especiales. Abre sus puertas el sábado 23 de marzo
22 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El local de As Margaridas es todo lo que se espera de un taller de confección que busca hurgar en el pasado para arrasar en el futuro. Sus baldosas hidráulicas, unas máquinas de coser que vieron la llegada de la minifalda y el bum de la hombrera, y un ramillete de muebles vintage ideales, se mezclan con prendas y bolsitos que harían las delicias de Carrie Bradshaw, Amaia —de España— Romero o Alexa Chung. Porque este espacio es perfecto para las que buscan una moda sostenible, pizpireta y a todo color: para llevar o por encargo.
Detrás de este local de la Costa da Unión, 16 están Laura Sánchez y Sofía Cuntín. En la treintena, ambas disfrutan creando prendas que se salgan de la norma que marca el fast fashion. «Nuestra seña de identidad son las telas, porque nos gustan los tejidos especiales —se reconocen amantes del tafetán— para todo tipo de accesorios y ropa, y la intención es funcionar como taller de confección, pero también tendremos siempre una pequeña colección creada por nosotras con bolsos, blusas, algún vestido... donde siempre habrá mucho color y unas unidades limitadas, precisamente para distinguirnos de grandes cadenas», comenta Laura. Y añade que el objetivo que les gustaría alcanzar es que la gente «recuperase el gusto por hacerse prendas a medida, no solo para eventos, sino también para el día a día». «Es una forma de darle valor a nuestro armario, ser más sostenibles y permitirnos, por decirlo de alguna manera, un lujo accesible que, además, lleva el sello local, pues casi todas las telas las compramos en tiendas de A Coruña», indica Sofía.
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La inauguración está prevista para este sábado 23 de marzo, y todo el que quiera podrá acercarse por As Margaridas en horario de 18.00 a 21.00 horas. Laura dice estar tranquila, y Sofía muy nerviosa. Aunque las dos confían en que el negocio irá viento en popa. «Yo siempre me he dedicado a la confección a medida y nunca me ha faltado el trabajo, porque siempre hay gente que busca esta alternativa, pero ahora queremos ampliar miras y no centrarnos en una sola cosa; de hecho, de vez en cuando también daremos clases de costura, pero lo avisaremos a través de nuestras redes sociales», explica Laura, que durante años trabajó confeccionando vestidos de novia.
Parte del encanto de As Margaridas, son conscientes, se debe al local. De hecho, cuentan que cuando lo vieron se decidieron definitivamente a emprender este negocio porque «nos sentimos muy afines al espacio y al barrio». Ambas consideran que el entorno de Santa Lucía despegará definitivamente en cuanto se ejecute la reforma del mercado. No son las únicas que tienen esta visión, pues en los últimos años son varios los negocios enfocados a la generación millennial que han abierto sus puertas en la zona.